Por azar, Carmen y yo volvemos a ver el Bird de Clint Eastwood / Forest Whitaker un día después de descubrir el Ray de Jaime Foxx / Taylor Hazkford.
Y nos enzarzamos en una discusión sobre la obra de Charlie Bird Parker (El Perseguidor, in memoriam) y Ray Charles, de quien Carmen siempre “desconfió”. A ella le chocan sus
tentaciones “comerciales” y su utilización del gospel como música profana, con profusas incursiones sexuales. Sus cambios de estilo (country, blues, gospel, etc.) le parece que rozan el oportunismo.
Le respondo que se me escapan esas tentaciones. Quizá bien reales. Por el contrario, me parece una evidencia que viejas canciones populares de otra época, como What’d I Say, Alone in the Dark, o Hit the road, Jack, son indisociables de algo que no se si llamar mi (rudimentaria) “formación musical”, ya que debo incluir en una misma cesta cosas tan distintas como las habaneras que cantaban mis padres en la Totana de mi infancia, la revelación de Bach (muchos años más tarde) o Die Zauberflute.
Ante la memoria de Charlie Parker, solo cabe el respeto debido ante las leyendas. En su arte, Bird fue un revolucionario. Pero —-en el fondo—-, esa aportación suya a la historia de su música es algo aprendido, que vino mucho después; y que yo desconocía cuando escuché por vez primera April in Paris, A Night in Tunisia o Yardbird Suite.
Parker y Billie Holiday quizá sean los interpretes que he escuchado de manera más obsesiva durante casi toda mi vida. Junto a Pau Casals. O Paco de Lucía. Esa fidelidad es involuntaria y habla de cosas, raíces, semillas que yo mismo desconozco. Cuando vuelvo a escuchar, por azar, en una carretera, al volante, Hit the road, Jack, me digo que el viejo Ray Charles hablaba y habla de algo tan universal como la rabia del adolescente condenado a huir
de su pueblo, en busca de la fortuna. ¿Cómo no reconocerse en esa amargura, marcada por la pobreza, la determinación y el dolor? Hit the road, Jack; and don’t you come back no
more, no more, no more… Casi fue ayer, cuando tuvimos que salir del pueblo, con nuestra maleta de cartón. Para intentar salir de la pobreza absoluta. Pertrechados con unos vagos conocimientos de piano o una vieja olivetti portátil.
Eduardo says
Sorprendido por las dimensiones a que está llegando esta comunión espiritual he de confesar que Ray Charles también se cuenta entre mi ‘educación sentimental’. Por eso no me he atrevido a ver la película. A su lista añadiría la versión de ‘Unchain my heart’, ‘I chose to sing the blues’ y ‘I don’t need no doctor’.
Pero Charlie Parker,… eso son palabras mayores (tampoco me atreví a ver la película y eso que las críticas coincidían en su solvencia). Ya que cita ‘Yardbrid Suite’ y ‘A night in Tunisia’ me tomaré la libertad de añadir ‘Moose the Mooche’ y ‘Ornithology’. Las cuatro completan la histórica sesion del 28 de marzo de 1946 que no debería faltar en ninguna dicsoteca.
Juan Pedro Quiñonero says
Hay cosas peores en la vida, don Eduardo.
Las películas son recomendables en Distinta medida. La de CE es sencillamente Imprescindible (a mi modo de ver) para quienes se interesen por la cosa y los personajes. La de Ray… tiene alguna melaza, por momentos… y los especialistas en horrores biográficos dicen que se han suavizado muchas cosas… es posible… malgré tout: me parece potable, tomándola con las reservas y prudencias imprescindibles… y con un final apologético que no me convence: pero bueno, nobody’s perfect.
Con respecto a las grabaciones de CP… a Cortazar le gustaba mucho Ornithology… yo quizá soy un poco más convencional. Pero, oiga, no está mal.
Wallenstein77 says
Hola a todos:
La del Clint Eastwood no la he llegado a ver, pero Ray me toco verla. Personalmente me gusto mas que El aviador, a la cual vi demasiado pretenciosa e incluso pesada en ciertos momentos. Ray tiene la virtud de terminar la pelicula justo cuando comienza a hacerse pesada, por lo cual personalmente creo que es muy buena pelicula (solo muy buena tampoco excepcional) y el actor hace una composicion de personaje muy buena, por las escasas nociones que tengo del personaje. Sobre la banda sonora, dicen que es muy buena, pero tambien la han criticado por no usar la muscia original.
Saludos a todos.
Juan Pedro Quiñonero says
Sin entrar en cosas de gusto personal.
1. Quienes critican la banda musical NO tienen ni idea. La música, la voz y las orquestas… ¡son las de las grabaciones originales de RC!!!!!!!!!!!
2. Todos los clásicos grabados con Atlantic… fueron grabados, en su día, por un ingeniero de sonido que pasa por ser uno de los más grandes de la historia, Tom Dowd.
3. Las cosas anteriores… de las que hay malas grabaciones o se han perdido… ¡¡¡fueron grabadas por el propio RC antes de morir!!!!!!!
4. De la obra «final».. RC tenía los «masters» originales…
5. Jammie Foxx y las orquestas se «limitan» a «interpretar» la música y la voz de RC y su orquesta.
Wallenstein77 says
Hola a todos:
No tengo ni idea de musica y menos de Ray Charles. Pero una vez que te paras a pensar tienes razon en lo que dices, puesto que él tenia los masters (lo dicen en la misma pelicula) y ademas colaboro con el director y el guionista de la pelicula, siendo un caso raro de pelicula biografica con el personaje vivo (murio meses antes del estreno). Ya decia yo que parecian originales (tengo un oido musical muy malo a pesar de gustarme la musica clasica a nivel muy basico).
Saludos a todos.
Juan Pedro Quiñonero says
… esa colaboración da fuerza a la cosa musical… y: previsiblemente, el propio RC puso melaza en las partes de sexo, droga y vagabundeo carnal…
Wallenstein77 says
Hola a todos.
¿La mujer de Ray Charles no le dejo para irse con Jimmy Hendrix? Me lo comento un amigo que le encanta Ray Charles y que parece en la pelicula que fue un elemento importante para que dejase las drogas. Por otra parte, quizas fuera una persona que habaia calado en el imaginario colectivo y tampoco convenia volver a sacar demasiados trapos sucios.
Saludos a todos.
Anonymous says
Un post redondo, Juan Pedro, más que la O del Giotto. Gracias,
Iulius (http://bibliotecosas.blogia.com)