René Magritte, La Victoire
Según los estudios oficiales de la Délégation aux usages de l’Internet, el 50 por ciento de los adolescentes franceses escribe o participa en la escritura y gestión de un blog.
Durante los últimos seis meses, se han multiplicado los casos de estudiantes expulsados de colegios e institutos por escribir blogs que maestros, profesores y funcionarios consideran «insultantes», «groseros», «fuera de la Ley».
Según Benoît Sillard, director de la Délégation que vigila e intenta controlar los usos personales de internet, «los alumnos no comprenden que el derecho debe aplicarse a sus blogs».
Doctores tiene la Iglesia blogosférica. Y solo basta con pegar un vistazo a los horrores que se escriben y cuelgan en centenares de millares de blogs y páginas personales para otear con horror los océanos de basura que navegan por internet. ¿Qué hacer? ¿Corresponde al Estado crear nuevas formas de Policía planetaria? ¿Basta la responsabilidad o irresponsabilidad individual para sortear los riesgos, amenazas y desastres propagadas las oceánicas corrientes de basura?
¿Debo decir que yo NO tengo una respuesta clara y definitiva, que ni siquiera sé si existe? ¿Basta con encogerse de hombros? ¿Podrán cohabitar indefinidamente la basura y lo sublime? ¿Triunfarán las fuerzas del bien, la solidaridad, el respeto y el apoyo mutuo?, ¿o terminarán las hordas salvajes por imponer nuevas formas de Tiranía brutal?
¿No suenan tales dudas éticas, morales, espirituales, demasiado arcaicas en un mundo
voluntariamente desalmado?