Cita con Isabelle Huppert, para hablar de su película Les sœurs fâchés, que debe estrenarse en España un día de estos.
Madame es una señora muy diminuta, miope, que cubre sus magros encantos con una gabardina arrugada y habla con una claridad respondona, en un francés diáfano, luminoso, impertinente. A los cinco minutos comprendo que no sacaré ninguna locura. Madame es sensata, inteligente, bien pensante, cauta, sinuosa ; y sortea sin dificultad mis obstáculos, con la eficacia de quien tiene la sartén por el mango.
No quiere fotografías, me había advertido Daniel. Cuando damos por terminado nuestro ecuentro, se cuelga al teléfono de la habitación de hotel donde me dió cita. Tiene mucho que hablar con una amiga actriz que vive en Hollywood. Y ya ha calculado que la llamada personal la pague la misma productora que espera mi entrevista como agua de rosas publicitaria. Nobody’s perfect.