A los pocos minutos de hacerse público el fallecimiento de Juan Pablo II, la noticia corrió de boca en boca entre los huéspedes del Hotel de París que tomábamos una copa o una infusión en el Salón Imperio -homenaje involuntario a las desafortunadas aspiraciones de Eugenia de Montijo y su augusto esposo-; y una vieja enjoyada con mucha opulencia se persignó aparatosamente con rostro de miedo y turbación, antes de apurar su copa de champagne rosa, retocar sus labios y pedir a su acompañante -un joven rubio oxigenado, con gafas negras, traje negro y porte felino- que la condujese hasta la escalera que conduce al Casino.
Archives for abril 2, 2005
A espaldas de Rainiero: el lujo de huir de Mónaco a San Sebastián
¿Qué hace el patrón del restaurante —-el Louis XV—- del primero o el segundo de los hoteles más lujosos de Europa —-el Hôtel de Paris—-, cuando tiene un fin de semana libre y lo permiten sus intereses en París, Nueva York, Hong Kong y Tokio?… Se marcha a San Sebastián, para hacer turismo entre Biarritz, San Juan de Luz y Pasajes de San Juan.
¿Porqué?… “El lujo supremo —-dice Alain Duchase: él ese gran patrón de la más alta gastronomía—- es tener tiempo libre, para poder escapar a la tiranía de las agendas, la dictadura de la vida regida a un ritmo marcial. Y el País Vasco me permite vagabundear sin pensar en nada. A un precio muy abordable. En los mercados populares de San Sebastián compro las mejores verduras a un precio diez veces más barato que en París”.
En mi caso, las delicias de la tiranía laboral me condenan a continuar en Mónaco. Pero una habitación del Hôtel de Paris, con vista a la bahía y el palacio de los Grimaldi, a la espera de las funestas noticias, es un descenso de lo más soportable a la tinieblas infernales del lujo, que no recuerdo exactamente en que círculo del Infierno las situaba el Dante.