Según los últimos sondeos, entre un 51 y un 56 por ciento de los franceses se dicen partidarios de votar contra el proyecto de Tratado constitucional europeo, el próximo día 29.
Y el posible rechazo francés se percibe como una “esperanza” para una parte importante de la izquierda danesa y sueca, las derechas polacas y checas y no pocos electores holandeses.
Parte de la izquierda sueca y danesa denuncia una UE liberal, conservadora, burocrática, dispendiosa. Las más altas jerarquías checas denuncian, por el contrario, una Europa socializante, arcaica, siempre dispendiosa y burocrática. En Holanda, país fundador de la antigua CE, una parte significativa del electorado denuncia el comportamiento altivo, irresponsable, dispendioso y anti social de Alemania y Francia, que la izquierda española considera “el corazón de Europa”.
En las cenas privadas, muchos franceses partidarios de votar “no” anuncian que votarán “sí”, por esta razón que avanza una amiga de mi mujer, F*: “Chirac me parece un desastre. No he leído la Constitución. Y temo que la UE funcione muy mal. Pero ¡¡como se reirían de nosotros los ingleses si rechazásemos la Constitución europea!!!…”.
Razones evidentemente esquizofrénicas. Como esquizofrénico se confirma un proceso histórico que no sé yo si la todavía lejana Constitución podrá resolver de ninguna manera.