Economist, 21 abril 2005.
Tirando papeles, releo un artículo del Economist (21.04.05) que había dejado pasar hace unos días.
La tesis del semanario británico -el más influyente de Europa, y uno de los más prestigiosos del mundo- es muy simple: aconseja celebrar los referendos que sean necesarios, en Euskadi, Cataluña, o en Cartagena, etc., para zanjar definitivamente lo que califica de “perennial demands from separatists”.
El Economist cita un antecedente que me parece significativo: la decisión de la Clarity Act (2000), en el Canadá, que permitió zanjar o diluir por mucho tiempo el problema de Québec.
Paradójicamente, las razones avanzadas serán rechazadas en Madrid, Bilbao o Barcelona, por razones antagónicas. A juicio del Economist, un referéndum claro, sencillo, brutal permitiría callar para siempre las reivindicaciones nacionalistas. Sospecho que los términos de tal clarificación inquietan igualmente a todos los bandos. [Economist, 21/23 abril 05. Spain and its regions. Clarity needed].
¡Caína va bien..!
Eduardo says
En todo caso, con respecto a estos asuntos no parece descabellado tomar como divisa el titular del Economist, ¿no le parece?
JMR says
Una manera muy británica de ventilar las cuestiones sin resolverlas. Por ‘influyente’ -maldito epíteto, nunca sabré qué significa en realidad- que sea The Economist (cosa que no pongo en duda), eso no garantiza su acierto al opinar sobre ciertos asuntos. El precedente de Quebec no es válido por varias razones. Apunto sólo dos: 1) La reivindicación no era idéntica a las de los nacionalistas en Euskadi y Cataluña respecto a España; 2) Los resultados dieron una ajustadísima victoria ‘unionista’, aunque ésta hubiera servido para calmar las aguas durante bastante tiempo. ¿Qué habría sucedido de inclinarse el voto en sentido contrario? La tesis de The Economist se basa en la conjetura de una consulta de efectos pacificadores sólo en el caso de un resultado concreto (como si los cerebros de su redacción dispusieran de una bola de cristal), pero caería por su propio peso si el voto mayoritario fuera otro. Eso, por no hablar de qué pregunta se iba a formular en la consulta correspondiente: ¿independencia? ¿estado libre asociado? ¿modelo catalán? Listos, unos listos.
Ausczerny says
¿Hasta qué punto Caína se parece a Kakania? Musil se burlaba de su país, pero no lo consideraba un paraíso caído en la absoluta maldad.
Sani says
Todo pasa y nada es… Ya lo decía la abuela de Sun Tzu y las de Heráclito y Parménides…
Sería interesante ver qué dicen los del The Economist a finales de noveimbre del 2012.
Y a quien se lo dicen… Supongo que al gobierno del PP y a los de la FAES.
JMR tiene razón en ver en aquella opinión del semanario una TENDENCIOSIDAD tan obvia —tan malévola y perversa, por más señas— que impugna su ECUANIMIDAD y demuestra su FALSA NEUTRALIDAD.
Michel Collon lo llamaria MÉDIAMENSONGES y se quedaría corto. PROPAGANDA pura y dura…
¿Influyente? ¿Cómo se mide eso?
JP Quiñonero says
Sani,
Pues ya veremos lo que dice: es de venta libre, se dirige a quien quiera comprarlo o leerlo, qué quieres,
Q.-